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Tomado de aquí |
muchísimo más habitual que lo anterior es que surjan en nuestras conversaciones observaciones sobre lo difícil que es conseguir de ellos una actitud crítica con la información y temas que se tratan en sus estudios (cuidado, digo crítica, no criticona). Cuánto les cuesta pensar. Son muy rápidos en encontrar soluciones ya publicadas a los retos que les planteamos, pero no tanto en clasificarlas, modificarlas, encontrar sus puntos débiles y fuertes,... Nos piden esquemas, "recetas" para aplicar en los problemas de examen y detestan que les demos apuntes extensos con referencias para buscar otra información, problemas de respuesta abierta... Lógico e incluso plausible todo ello, porque eso hace que sean más eficientes en su objetivo de aprobar asignaturas hasta conseguir su título. Pero creo que como profesores tenemos que guiarles hacia metas más altas, que además les serán más útiles en su futuro, y eso hace pertinente que nos planteemos cómo podemos conseguir entrenarles en temas como el del pensamiento crítico.
En cuanto al desarrollo de la clase, fue de agradecer que la mayoría de vosotros os animarais pronto a contribuir al debate del tema. En clases de pocas personas y todas ellas adultas como la nuestra no suele ser complicado que surjan diálogos interesantes, pero es mucho más difícil conseguirlo en aulas de secundaria, en las que conseguir que los adolescentes participen todos, respetándose y contribuyendo al tema, no es nada obvio. ¡Un reto más para vuestro futuro!
Otra cuestión para la reflexión que a mí me surge de la sesión del jueves pasado surge a partir de la documentación que sobre el tema se incluye en el libro digital de la asignatura. Es prácticamente imposible leerla toda, y mucho menos aún asimilarla en su totalidad, en el rato que asignamos para ello en el aula. Y este es un signo de nuestros tiempos: con la facilidad actual del acceso a información, la dificultad no es encontrar datos o fuentes de información sobre un tema en concreto, sino que es más bien su abundancia la que puede crearnos problemas. Como docentes del siglo XXI, una de nuestras labores es ser capaz de seleccionar adecuadamente los materiales que suministramos a nuestros estudiantes. Para mí es complicado no agobiarles con un exceso de fuentes y materiales sin renunciar a que conozcan y tengan disponibles contenidos con diferentes enfoques y matices que les provean de una buena panorámica del tema y con los que puedan profundizar y ampliar su aprendizaje. Y además, no solo se trata de que como docentes hagamos una buena gestión de la documentación, deberíamos igualmente ayudar a nuestros alumnos a desarrollar sus propias estrategias para hacer por sí mismos esta tarea. A este tema vamos a dedicar la próxima sesión, espero que sea de ayuda.
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